Leyendo al gran Bob Katz en su libro “La masterización de audio, el arte y la ciencia” me resultó muy interesante además de acertada su apreciación:
“El entrenamiento del oído es realmente el entrenamiento de la mente, porque la apreciación del sonido es una experiencia aprendida”.
La importancia del entrenamiento auditivo en la música
En un capítulo de este excelente libro, nos invita a hacer del entrenamiento auditivo una actividad de toda la vida, es decir, estar atento a todo lo que escuchamos a nuestro alrededor para aprender a reconocer sus características; y aunque en ocasiones esta práctica pueda resultarnos un tanto “enloquecedora” (cuando ésta se hace costumbre debemos buscar momentos para descansar de ello, créeme que necesitarás este consejo).
El traer a nuestra mente un análisis consciente de cómo suena el perro del vecino ladrando desde su patio al otro lado de un muro, el viejo radio monofónico de tu abuelita sonando desde la cocina, la voz de un sacerdote en una gran iglesia antigua, el violinista a 10 metros de distancia de tu mesa cenando en ese restaurante donde vas a menudo buscando más la música que la comida, el alfiler a todo volumen en los efectos sonoros de una película en una sala de cine, el barullo del tumulto en el transporte público, el amanecer, los pajaritos, el tráfico, el concierto, en fin, cada segundo de nuestras vidas estamos oyendo todo pero muy pocas veces… ¡Escuchando de verdad! prestando atención a los detalles, a la coloración, a la reverberación, al campo sonoro, al modo en que lo percibes y lo interpretas.
Escuchar con atención a los detalles
El oído no es sólo un sentido más, ¿sabías que el 50 % de la capacidad sensorial que ocupa a nuestro cerebro, es dedicada al oído?
Cuando escuchamos no sólo percibimos vibraciones, también interpretamos mensajes, sentimos emociones, y en el caso de la música, nos conectamos con la esencia de la canción, con la inspiración del artista y esto pasa a nivel de cada detalle, esos detalles que sólo podemos percibir cuando escuchamos de manera crítica, tratando de desmenuzar no solo los elementos tangibles, si no también de percibir los elementos intangibles; y a qué me refiero con esto, entre los elementos tangibles está todo lo que podemos escuchar y calificar de forma consciente.
Elementos tangibles en la escucha crítica
Qué instrumentos intervienen en la canción: Un piano, un bajo, dos guitarras, trompeta, saxo, trombón, batería, un pequeño shaker adornando en semicorcheas acentuando la tierra del compás, además de un glockenspiel que hace adornitos casi imperceptibles jugando con la melodía, ese clarinete que entra apoyando a la voz con una armonía en la última frase de los versos antes del coro… Y entonces surgen las preguntas:
- ¿Y todos esos elementos cómo rellenan el espectro sonoro?
- ¿Cómo están cubiertas las frecuencias graves, el rango medio y los agudos?
- ¿El bajo y el bombo conviven amigablemente y no pelean por el espacio de los 80 a los 160Hz?
- ¿El shaker está balanceado al otro lado del hihat en la panorámica stereo?
- ¿Las guitarras están paneadas al 100%?
- ¿La ecualización de la voz está resaltada en los 4 o los 8KHz?
- ¿Los coros están muy comprimidos?
- ¿La reverberación de los vientos es larga o corta, se está utilizando un plate o un chamber?
- ¿El volumen del piano sube lo suficiente para ponerlo en primer plano durante ese adorno al final del coro?
- ¿El paneo del glock está automatizado?…
Elementos intangibles: lo que sentimos al escuchar música
De otro lado entre los elementos intangibles están los que podemos interpretar o simplemente sentir desde lo subjetivo o inconsciente, y aquí surgen otros interrogantes a los que muchas veces no necesitamos encontrar respuestas:
- ¿La intención de la cantante es tierna, romántica o sensual? ¿La canción me pone triste o alegre?
- ¿El sonido de los vientos me transporta imaginariamente a una sala de conciertos o a un bar donde tocan jazz?
- ¿La batería me impulsa a mover la cabeza de atrás a adelante suavemente, o me levanta de un brinco a bailar como un contorsionista poseído?
- ¿El sólo de la guitarra me hace cerrar los ojos y volar, o me produce un impulso casi incontenible de “poguear”?
- ¿A los 20 segundos de canción estoy desesperado por meterle el dedo al STOP, o la disfruto tanto que al final no espero un parpadeo para repetírmela hasta que el cuerpo aguante?…
Cómo practicar la escucha crítica
¿Alguna vez has escuchado música con ese enfoque? Si no lo has hecho, te recomiendo que corras a hacerlo cuanto antes, haz de la música tu amante y hazlo con ella cuantas veces puedas…
¡ESCÚCHALA con la mente y el corazón! Hazlo principalmente con lo que utilizas para mezclar: Con los monitores de tu estudio, hazlo con audífonos, hazlo con el equipo de tu automóvil, con el televisor de tu casa, con los parlantes de tu computadora y de tu teléfono, hazlo en donde puedas y cuantas veces puedas, pero hazlo con atención, concéntrate y aprende a percibir el mensaje que va más allá de la letra y las vibraciones que van más allá de los acordes o las melodías; escucha todo tipo de música, no solo la que te gusta, te aseguro que hasta de la música más fea vas a aprender algo, al menos lo que no se debe hacer para sonar feo pero algo bueno te va a quedar; pero aprende a darle valor a todo tipo de música!
Parte por el hecho de considerar que si un genero musical le gusta a muchísima gente, algo de bueno debe tener, y trata de identificar qué será eso de bueno que tantos le encuentran para convertirse en fans de los estilos y personajes más inverosímiles; busca en dónde estará la magia que mueve a tantas almas detrás de una canción que se convierte en éxito y trata de encontrar el modo de aplicar esa magia a tu propio trabajo… ¡Una vez descubras la magia, habrás desarrollado tu propio estilo!
Ricardo Cortés D.
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