Un buen rumbo para tu Mezcla...

Puede sonar bastante lógico y elemental, pero muchas veces nos embarcamos en una mezcla a ciegas por no conocer bien el tema sobre el que estamos trabajando. Si estás mezclando una canción compuesta por ti, obviamente ese no es un problema; o si estás mezclando un material que tú mismo llevaste adelante desde la grabación también estarás bien empapado de todo lo que tienes entre manos; pero muchas veces mezclamos proyectos que fueron grabados por otras personas, en otros estudios y recibimos un montón de tracks y tomas que comenzamos a mezclar sin tener del todo claro el rumbo que debemos tomar.

Toda obra musical es un elemento de comunicación que pretende transmitir un mensaje, este es precisamente el punto de partida para cuando le vamos a dar forma a través de la mezcla; historias, sentimientos, emociones, todo es información que debemos tomar en cuenta para aportar desde nuestra creatividad al proceso; una canción alegre colmada de ambientes y espacios grandes, fríos y oscuros no será precisamente la combinación ideal para que el mensaje se transmita de manera adecuada, debemos siempre estar en sintonía con el propósito que tenía el creador de la obra al momento de componerla.

Sabemos que toda composición tiene una estructura básica conformada por una intro, una estrofa, coros, etc., en principio es algo importante para ubicarnos dentro de la temporalidad de la composición, pero más allá debemos pasar por familiarizarnos con el tempo, la tonalidad, el compás, y de un modo muy detallado: De los arreglos, estos adornos que le dan vida a la composición y debemos saber cómo utilizar a favor para que al final nuestra mezcla no quede en blanco y negro.

Una vez familiarizados con la forma podemos concentrarnos en buscar el fondo, esto es, de qué herramientas nos vamos a valer para conseguir el sonido que pretendemos lograr; pero ahora surge otra interrogante: ¿Cómo es el sonido que queremos? Ahí es donde radica la importancia de la escucha crítica y ahora vamos a poder valernos de esa habilidad para buscar y basarnos en la famosa “Referencia”, pero no vayamos tan rápido… ¿Qué es esto de la referencia? Pues suele tomarse como ejemplo el disco de “Pepito” o de “Juanito”, porque es el artista de moda, el que ganó los Grammys, el primero de la lista Bilboard, el que suena por todas partes y a todo el mundo le gusta; pero es un asunto que no debemos tomarnos a la ligera y te voy a decir porqué: Partamos de que cada instrumento suena diferente, así sean dos guitarras de la misma serie de una misma marca, tienen diferencias tímbricas; probablemente alguna vez te pasó que querías comprar una guitarra y estuviste en la tienda de música probando una hermosa Fender Stratocaster roja que te encantó, pero terminaste decidiéndote por la blanca porque a tu criterio… ¡Sonaba mejor! Pues así pasa con todos los instrumentos, no solamente suenan diferente así la diferencia sea muy sutil, si no que además cada intérprete toca diferente; y si vamos más allá, cada sala de grabación logra una coloración distinta y por ende, un sonido diferente, así como además cada micrófono capta el sonido de un modo diferente, cada preamplificador, cada consola, cada ecualizador, cada convertidor, y finalmente cada ingeniero de grabación y mezcla tiene un criterio individual, un oído y un estilo ¡Diferentes!

Esto nos lleva a deducir de manera lógica que pretender “CLONAR” el sonido de otra mezcla, de otra grabación, de otra canción, de otro estudio, de otro ingeniero, de otro artista, es simplemente una intención totalmente descabellada y por de más absurda. Esto no resta importancia a la utilidad que representa tener una referencia, pero debes tomarlo como lo que es: UNA REFERENCIA, no un modelo a calcar. Esto es un verdadero peligro, puesto que regularmente lo que sucede es que en el afán de lograr una batería, un solo de guitarra o una voz que suene igual al que estás escuchando, puedes terminar abusando con la ecualización, la compresión, la reverb o cualquier otro proceso, y tu mezcla terminará convertida en un Frankenstein que lejos de parecerse a la referencia será un verdadero monstruo horrible.

Es importante comprender que un género y un estilo musical deben acogerse y acercarse a una tendencia que le dan su carácter, pero al mismo tiempo es importante reconocer que tu sonido debe llevar su propio carácter y su propio estilo.

Entonces podemos concluir que en realidad es muy útil el recurso de escuchar no sólo una, si no varias referencias de trabajos bien hechos que sirvan para de algún modo saber hacia dónde vamos. Escuchar con atención cuál es la tendencia al manejar el balance tonal o la dinámica en un género musical, puede servir para que surjan ideas útiles sobre cómo aprovechar una automatización o un procesamiento específico para hacer las cosas bien y lograr el resultado que esperas, pero eso sí: ¡Sin dejar de imprimir tu propio estilo en tu trabajo! 

Ricardo Cortés D.

 

*Este artículo fue extraído de nuestro curso de Mezcla avanzada & Entrenamiento auditivo, el cuál se encuentra en proceso de producción y estará disponible próximamente.

 

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