¡Grabar sin dolores de cabeza!

En esta breve descripción técnica, dedicaré este artículo a la grabación. Siendo este el paso inicial en una producción, debemos darle toda la importancia que amerita el hecho de ser el primer eslabón en la cadena de procesos que nos llevarán a obtener un producto final de buena calidad; partamos de un punto clave: Si grabamos mal, el producto final irremediablemente saldrá mal. No existen milagros ni varitas mágicas que puedan arreglar o solucionar problemas de grabación en la mezcla y menos aún en la masterización, como lamentablemente es el modo de pensar de muchos.

Primero que todo debemos partir obviamente de preocuparnos por la práctica previa por parte del músico intérprete para lograr una buena ejecución; segundo considerar la calidad del instrumento, su correcta afinación y el buen estado de sus partes; tercero y donde comienza el proceso técnico, es el entorno acústico: Debemos procurar un lugar no solamente libre de ruidos externos, sino en lo posible con ciertas condiciones de ambiencia adecuadas; no es aconsejable un lugar muy grande donde el tiempo de reverberación se salga de control, además es conveniente evitar los espacios con paredes paralelas, puesto que esto propicia la aparición de ondas estacionarias que generan el enmascaramiento de ciertas frecuencias, lo que puede venir en perjuicio a la señal captada; es necesario en caso de no contar con un espacio acústicamente adecuado por profesionales, al menos estar en un sitio con la menor cantidad posible de contaminación por ruido, evitando internamente el exceso de paredes con superficies que reflejen el sonido, existen muchos trucos de los que podemos valernos para mejorar la respuesta de un recinto como colocar material absorbente que ayude a controlar el exceso de reflexiones. Como siguiente consideración está la correcta elección del micrófono, básicamente los dos tipos más usuales son: El dinámico cuya sensibilidad y respuesta en frecuencias agudas suele ser baja y es óptimo para fuentes de alta presión sonora (generalmente empleado en percusiones y amplificadores de guitarra o bajo) y el micrófono de condensador, cuya sensibilidad es bastante alta en la mayoría de los casos, además de brindar una respuesta mucho más estable en todo el espectro de frecuencias, es bastante usual en instrumentos acústicos y voces. Un aspecto sumamente importante a considerar es la direccionalidad de los micrófonos, de modo general existen tres patrones polares: unidireccional (grupo de los cardioides), bidireccional (forma de 8) y omnidireccional, esto hace referencia especialmente hacia qué dirección se dirige el ángulo de captación directa del micrófono, así el unidireccional tiene una captación hacia el frente, el bidireccional hacia dos lados opuestos y el omnidireccional hacia todo el rededor (utilizados más que todo para tomas ambientales). Para tomas directas, el micrófono deberá ubicarse preferiblemente a una distancia aproximada de entre 15 a 30 cm de la fuente dependiendo del instrumento, es necesario tomar en cuenta la coloración y la presión sonora que éste emita para elegir el micrófono que mejor funcione. En determinados casos podemos utilizar dos micrófonos o más para captar una misma fuente, aquí debemos considerar que existe un precepto conocido como la regla del 3 a 1; esta técnica consiste en que la distancia entre los micrófonos no debe ser menor a 3 veces la distancia de cada micrófono hasta la fuente; esto busca específicamente evitar la cancelación de fases en la señal grabada, lo que resulta a veces en efectos muy desagradables y de difícil solución.

Adicionalmente no es aconsejable el uso de procesos antepuestos a la entrada de grabación tales como compresores, gates, de-essers, ecualizadores o peor aún reverberaciones o delays, salvo que sean parte esencial de las cualidades tímbricas que se quieran obtener como por ejemplo el caso de las guitarras eléctricas y sus pedales; es importante tomar en cuenta que ciertos procesos se usan sólo en determinados casos y es imprescindible conocerlos a fondo y dominarlos perfectamente. En una grabación multipista resulta sumamente cómoda la aplicación de cualquier proceso luego en el momento de mezcla; entonces lo que debemos cuidar primordialmente al grabar, es que la señal obtenida esté libre de ruidos parásitos ocasionados por una mala técnica al microfonear, cables en mal estado, ruidos ocasionados por una mala conexión a tierra o conexiones averiadas. Adicionalmente el nivel de entrada tendrá que ser debidamente regulado no muy alto evitando la saturación y conservando un buen headroom, pero a su vez no muy bajo para evitar una relación señal/ruido inadecuada que ocasione una presencia perceptible del hiss (ruido de altas frecuencias) presente en los equipos analógicos como preamplificadores o consolas por ejemplo.

Tomando en cuenta éstas recomendaciones básicas nos evitaremos dolores de cabeza posteriores que nos complicarán tremendamente la mezcla, y que además jamás podremos “desaparecer” en la masterización.

No olvidemos que el mejor modo de lograr ese sonido “perfecto”, es definitivamente amar lo que hacemos y hacerlo no sólo con vocación y buen gusto, si no también con verdadero conocimiento y criterio técnico bien fundamentados.

Ricardo Cortés D.

CLAVEDIGITAL Training Center

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